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Antiguo Testamento: El profeta que huyó—Ilustración en 3D

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Hay un relato fascinante en la Biblia sobre una vez en que Dios ordenó a Su profeta, Jonás, que llevara un mensaje a la poderosa ciudad de Nínive para advertirle a la gente que Dios no estaba nada contento con la iniquidad que allí imperaba. Pero Jonás no quería hacerlo, y en vez de dirigirse a Nínive, abordó un barco que partía en dirección opuesta.

A Dios no le agradó la desobediencia de Jonás. De pronto, empezó una fuerte tormenta en el mar. Los espantados marineros les rezaron a sus dioses y arrojaron toda la carga que llevaban para que la nave estuviera más liviana, pero no ayudó para nada.

Mientras tanto, Jonás dormía, y los marineros empezaron a sospechar que el problema tenía algo que ver con él. Luego de reconocer que había desobedecido a Dios, Jonás les dijo que debían arrojarlo a él al mar y que así Dios detendría la tormenta. Una vez que Jonás fue arrojado al mar, cesó la tormenta, pero Dios no se había olvidado del pobre Jonás y envió un gran pez para que se lo tragara…

Pueden leer el resto de este emocionante relato de la Biblia en el libro de Jonás.

Texto e ilustraciones: Didier Martin. Diseño: Stefan Merour.
© Didier Martin, 2014. Utilizado con permiso.

Antiguo Testamento: El profeta que huyó

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Hay un relato fascinante en la Biblia sobre una vez en que Dios ordenó a Su profeta, Jonás, que llevara un mensaje a la poderosa ciudad de Nínive para advertirle a la gente que Dios no estaba nada contento con la iniquidad que allí imperaba. Pero Jonás no quería hacerlo, y en vez de dirigirse a Nínive, abordó un barco que partía en dirección opuesta.

A Dios no le agradó la desobediencia de Jonás. De pronto, empezó una fuerte tormenta en el mar. Los espantados marineros les rezaron a sus dioses y arrojaron toda la carga que llevaban para que la nave estuviera más liviana, pero no ayudó para nada.

Mientras tanto, Jonás dormía, y los marineros empezaron a sospechar que el problema tenía algo que ver con él. Luego de reconocer que había desobedecido a Dios, Jonás les dijo que debían arrojarlo a él al mar y que así Dios detendría la tormenta. Una vez que Jonás fue arrojado al mar, cesó la tormenta, pero Dios no se había olvidado del pobre Jonás y envió un gran pez para que se lo tragara…

Pueden leer el resto de este emocionante relato de la Biblia en el libro de Jonás.

Texto: Didier Martin. Ilustración: Didier Martin. Diseño: Stefan Merour.
© Didier Martin, 2014. Utilizado con permiso.

Antiguo Testamento: La hermosa y valiente reina Ester—Ilustración en 3D

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Tras la desaparición del imperio babilónico surgió una nueva potencia: el imperio medo-persa. Durante el reinado del rey Asuero, en Susa, la capital del imperio, vivía un hombre judío que se llamaba Mordecai. Su familia se había mudado a Susa cuando Jerusalén fue destruida por los babilonios. Mordecai vivía con la hija de su tío que se llamaba Ester y la había adoptado tras la muerte de sus padres.

En esa época, muchos judíos habían regresado a Jerusalén, pero Mordecai y otros escogieron quedarse en Persia. Sin embargo, para los judíos que habitaban en Persia las cosas estaban muy mal, pues Amán, el primer ministro del rey, planeaba destruirlos.

Pero Dios tenía un plan. Iba a salvar a Su pueblo, pero no mediante un ejército poderoso, sino por medio del amor y del valor de una joven judía que arriesgó su propia vida para salvar a su pueblo y derrotar los planes malvados de Amán.

En el libro de Ester encontrarás el emocionante relato de esta huérfana judía que se convirtió en reina persa.

Texto: Didier Martin. Ilustración: Didier Martin. Diseño: Stefan Merour.
© Didier Martin, 2014. Utilizado con permiso.

Antiguo Testamento: La hermosa y valiente reina Ester

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Tras la desaparición del imperio babilónico surgió una nueva potencia: el imperio medo-persa. Durante el reinado del rey Asuero, en Susa, la capital del imperio, vivía un hombre judío que se llamaba Mordecai. Su familia se había mudado a Susa cuando Jerusalén fue destruida por los babilonios. Mordecai vivía con la hija de su tío que se llamaba Ester y la había adoptado tras la muerte de sus padres.

En esa época, muchos judíos habían regresado a Jerusalén, pero Mordecai y otros escogieron quedarse en Persia. Sin embargo, para los judíos que habitaban en Persia las cosas estaban muy mal, pues Amán, el primer ministro del rey, planeaba destruirlos.

Pero Dios tenía un plan. Iba a salvar a Su pueblo, pero no mediante un ejército poderoso, sino por medio del amor y del valor de una joven judía que arriesgó su propia vida para salvar a su pueblo y derrotar los planes malvados de Amán.

En el libro de Ester encontrarás el emocionante relato de esta huérfana judía que se convirtió en reina persa.

Autor: Didier Martin. Ilustraciones: Didier Martin. Diseño: Stefan Merour.
© Didier Martin, 2014. Utilizado con permiso.
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