Jesús, cuando juego con mis amigos, o cuando estoy estudiando o trabajando, a veces pasan cosas que no me gustan y me fastidio o me enojo. Otras veces, cuando algo me resulta muy difícil me dan ganas de darme por vencido, y entonces de verdad que necesito Tu ayuda, Jesús. No siempre me acuerdo instantáneamente de orar, pero quiero orar ahora por adelantado para que la próxima vez que me pase eso y esté a punto de frustrarme o enojarme, Tú me ayudes a calmarme y me ayudes a ver todo de forma positiva.

Yo sé que todo lo que pasa tiene siempre su lado bueno. Quiero ser capaz de pensar en las cosas buenas y de acordarme de agradecerte por ellas. Aun cuando no se me ocurre qué puede tener de bueno algo que está pasando, ayúdame a darte las gracias de todos modos. Así podrás mostrarme qué tiene de bueno.

Si me mantengo alegre y positivo, si aprendo a resolver los problemas como es debido, seré una persona mucho más agradable. Quiero ser así. Quiero ser una persona con la que la gente desea estar. Ayúdame a ser más como Tú, Jesús; eso haría que mi vida y la de los que me rodean fuera más feliz.