Rincón de las maravillas
¿Cuál es tu «fachada»?
viernes, octubre 2, 2020

Un hombre salió de paseo por el campo y encontró una preciosa cabaña. Lo más asombroso de esta cabaña era la hiedra verde vibrante que había crecido en las paredes. Era tan espesa que en muchos lugares no se veían los ladrillos con los que estaba hecha la cabaña. La hiedra era agradable a la vista. Ver la cabaña le dio al hombre una sensación de paz, de felicidad.

Siguió su paseo, y encontró una antigua finca rodeada por un alto muro y un portón formidable. Las paredes de la finca también estaban completamente tapadas, solo que lo que tenía la casa eran enredaderas oscuras y retorcidas. Las trepadoras habían crecido espesas y estaban arraigadas con fuerza. Cubrían la pared y parte del portón de hierro forjado, lo cual impedía la entrada a la finca. En contraste con la sensación de paz y alegría que el hombre había sentido cuando vio la cabaña cubierta por la hiedra, las trepadoras que cubrían y casi ahogaban la pared de la finca eran oscuras y sombrías. El hombre rápidamente siguió su camino, para evitar estar en la presencia de algo tan invadido por estas enredaderas siniestras.

Imagínate que la cabaña y la finca fueran como la casa de tu espíritu. Puedes elegir el tipo de fachada que quieres en tu vida y tu espíritu. Puede ser una fachada divina y, como la hiedra, ser cálida y acogedora. O puede ser una fachada sombría, como la enredadera retorcida y oscura.

Cuando tu vida y tu espíritu están colmados del Espíritu de Dios y Su bondad, entonces representas a Dios mejor ante los demás. Las personas notan en ti buenas cualidades que has desarrollado a través de buenos hábitos piadosos adquiridos. Esa plenitud del Espíritu de Dios en tu vida es lo que emana de ti y hace que los demás reaccionen bien.

Pero si eliges colmar tu vida y tu interior de costumbres sombrías y perjudiciales para tu bienestar espiritual y emocional, así como las enredaderas retorcidas que cubrían la finca, el aspecto de tu vida también exhibirá tinieblas y oscuridad. Es inevitable que la gente tenga una reacción reacia y negativa. No es porque no te quieran, sino porque al igual que la finca, no sabrán cómo acercarse a ti a causa de las paredes tapadas y la pesada puerta de hierro forjado.

Lo que aceptas en tu interior y en tu mente se hace manifiesto; es tu «fachada». ¿La cubrirás del vibrante Espíritu de Dios para que los demás vean luz y sientan alegría al verte y quieran ser parte de tu vida? Depende de ti.

«Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo» (Mateo 5:14–16; NVI).
Contribución de Andrea Gianni, basada en los escritos de LFI. Ilustración: Rain. Diseño: Roy Evans.
Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia International, 2020.
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