Rincón de las maravillas

Jesús, sé que no te digo suficientemente cuán agradecido me siento por las muchas bendiciones que colman mi vida. Al mirar a mi alrededor, veo un montón de cosas por las que puedo darte las gracias.

«¡Den gracias al Señor, porque Él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre.» (Salmo 106:1; NTV).

• ¡Gracias por la alegría que llena mi vida!
• Gracias por el brillo del sol que da calidez a la tierra.
• Gracias por mi amorosa familia y por ponernos juntos.
• Gracias por la extraordinaria variedad de animales que has creado.
• Gracias por toda la diversión que comparto con mi familia y amigos.
• Gracias por cuidarme con tanto cariño.

Y sobre todo, Jesús, te doy gracias por ser mi amigo y formar parte de mi vida. Conocerte me ayuda a estar más cerca de Dios y sentir Su amor cada día de mi vida. ¡Ayúdame a acordarme de darte las gracias y a contar siempre mis muchas bendiciones! ¡De verdad, soy muy bendecido!

«Te alabaré, Señor, con todo mi corazón. Contaré todas Tus maravillas.» (Salmo 9:1.)

Estoy agradecida por mi familia. Significan mucho para mí. Cuando estoy con ellos me siento amada. A veces tenemos desacuerdos o nos gustan cosas diferentes, pero sé que pase lo que pase, puedo depender de cada uno. A cambio, quiero ser amorosa y atenta con ellos, porque sé que cuando soy amable con otros recibo algo a cambio.

Jesús también es una parte importante de nuestra familia. Es muy bueno con nosotros y nos cuida muy bien. Como familia hacemos lo posible para demostrarle nuestro amor y alegría por conocerlo. Colma nuestra vida de bendiciones, amor, fe y consuelo.

Agradezco los besos de mi mamá, y sus brazos que me estrechan con ternura. Me encanta la manera en que me cuida y me tapa cuando voy a la cama. Juega conmigo, me cuenta historias, y me enseña a hacer lo correcto. Quiero hacer todo lo posible por demostrarle que la quiero, escuchando lo que me dice y siguiendo su ejemplo.

Mi papá es amable y gentil. Sé que me quiere mucho, y me lo dice con frecuencia. Quiero ser más como mi papá; servicial con los demás, prudente y gentil con sus palabras. Cuando me sonríe y me sienta en su regazo, me siento especial y agradecida porque tengo un papá estupendo.

Gracias por toda mi familia: mis hermanas y hermanos, mis tíos, tías y primos, y por mis abuelos también. Todos me alegran la vida y me brindan amistad y alegría. Sé que soy muy bendecida.