También puedes reconocer la presión social negativa si te encuentras preocupado por las opiniones ajenas y eso te disuade de dar pasos positivos para alcanzar tus objetivos, como un pasatiempo o un interés personal. En esos casos, quisieras tener la fuerza interior para que no te importe lo que opinan los demás de ti.

Cedric había escrito un poema corto como parte de una tarea de Literatura inglesa. Era bueno. Después de la clase, le informé sobre el círculo de poesía que se reúne una vez a la semana en la biblioteca. Cedric ya lo conocía y estaba interesado, pero mencionó que solo había chicas en él. Le preocupaba lo que pensarían sus compañeros de clase.

Entonces, ¿de dónde sacas esa fuerza interior necesaria en una situación así?

La fuerza interior proviene de tener confianza en que lo que crees, o lo que sabes que es bueno para ti, es más importante que lo que otros piensan de ti. La fuerza interior y la determinación provienen de escuchar esa voz interior que te anima a hacer lo correcto. Es estar dispuesto a elegir la opción difícil ahora porque sabes que será la mejor opción a largo plazo.

Eres hijo de Dios. Él te ama. Te valora y le interesas. Si quieres perseguir algo que te ayudará a conseguir una habilidad o influirá positivamente en tu vida, entonces te puedes apoyar en el poder de Dios para que te dé esa fuerza interior para hacer lo correcto y lo que te hará bien.

Dios también te puede dar esa fuerza interior para evitar hacer algo con lo que no estás de acuerdo o que no es bueno, incluso cuando otros lo hacen. Solo tienes que escuchar esa voz interior y seguirla.

Qué puedes hacer

• Cuando un compañero quiere que hagas algo que no te parece lo mejor, o si hay algo que te parece que sería bueno, pero te preocupa lo que pensarán los demás, habla con amigos de confianza o adultos; su apoyo te ayudará a no dejarte intimidar.
• Sobre todo, pídele a Dios que te dé Su confianza, y en quietud escucha en tu interior Su «susurro apacible»¹. Te dará la fuerza interior para avanzar a pesar de lo que digan los demás.

Lo que dice la Biblia

«En quietud y en confianza será tu fortaleza...» Isaías 30:15.

Cita:

Nuestra confianza en Cristo no incita a la pereza, la negligencia o la apatía, por el contrario, nos despierta, nos impulsa y nos incita a actuar para vivir vidas justas y hacer el bien. Ninguna confianza en uno mismo se puede comparar con eso. Ulrich Zwingli

Nota a pie de página:

¹ 1 Reyes 19:12