Si uno busca el término dones (o regalos) en la Biblia, éste se utiliza mucho en 1 Corintios 12, el cual habla de los dones del Espíritu. Se refiere a todas las cualidades que debe desear un cristiano: sabiduría, conocimiento, fe, curación, milagros, profecía, discernimiento, hablar en idiomas sobrenaturales e interpretar dichos idiomas. Son los regalos que, según la Biblia, Dios puede dar para que nos ayuden a vivir cristianamente1.
La Biblia originalmente no estaba dividida en versículos y capítulos, así que si uno continúa leyendo de corrido —1 Corintios 13—, se da cuenta de que la charla que da Pablo acerca de los dones da lugar a todo un capítulo dedicado a explicar cuál es el don más importante de todos: el amor.
Sé que está muy trillado, pero piensen en ello. Ninguna de las tradiciones navideñas de que disfrutamos sería tan maravillosa si el amor no fuera su esencia. ¿Se imaginan lo que sería compartir una deliciosa cena con personas a las que no les caes bien? ¿Y qué sentirías al recibir un regalo de alguien cuyo único propósito sea alardear de su dinero? Cuando desaparece la motivación que da lugar a las tradiciones, éstas pierden todo su atractivo.
El sobre navideño2 cuenta el relato de cómo todos los años cierta familia colocaba bajo el árbol de Navidad un sobre blanco sin marcar. Era el regalo para su padre, Mike. Él odiaba el aspecto comercial de la Navidad: la propaganda, los gastos excesivos, la frenética búsqueda de algo que le gustara a cada miembro de la familia. Lo que él quería era algo que representara el auténtico sentido de la Navidad, pero para su esposa era muy difícil dar con el presente que cumpliera con sus expectativas.
Kevin, el hijo de 12 años, pertenecía al equipo junior de lucha libre del colegio. Poco antes de la Navidad, se realizó un encuentro fuera de la liga contra un equipo de un barrio pobre patrocinado por una iglesia de la localidad. Sus jóvenes integrantes calzaban zapatillas desgastadas y ropa corriente. Ello contrastaba con el equipo de su hijo que vestía relucientes uniformes de color azul que hacía juego con unas relucientes zapatillas especiales para lucha libre.
El equipo de su hijo ganó todos los encuentros de forma demoledora. Mike susurró a su esposa: «Me hubiera gustado que al menos hubieran ganado una pelea. Una derrota así podría dejarlos por los suelos.» Le encantaban los niños y siempre había sido entrenador de algún equipo de las pequeñas ligas.
Dicho comentario fue suficiente para que su mujer supiera lo que le iba a regalar a Mike. Esa misma tarde se fue a una tienda de artículos deportivos donde adquirió protectores de cabeza y zapatillas para lucha libre que envió anónimamente a la iglesia del barrio pobre. El día de Navidad colocó el sobre al pie del árbol con una nota en la cual le explicaba a Mike lo que había hecho y que ese era su regalo. La sonrisa de Mike al abrir el sobre indicaba a las claras que su esposa había dado en el blanco.
En cada Navidad, la esposa continuó con la tradición. El sobre se convirtió en la parte más destacada de la Navidad para esa familia. Siempre era lo último que se abría en la mañana del día de Navidad. Los niños solían hacer a un lado sus nuevos juguetes para observar con mucha expectación cómo su padre tomaba el sobre y revelaba su contenido.
La historia no termina ahí. Mike enfermó de cáncer y murió. Durante la primera Navidad luego de su partida, su esposa aún presa del dolor apenas se acordó del árbol. Pero la víspera del día de Navidad colocó un sobre si marcar bajo el mismo. A la mañana siguiente había tres sobres más. Cada uno de los niños, sin que lo supieran los demás, había colocado un sobre bajo el árbol para su papá.
Estoy convencida de que una tradición así es una magnífica ilustración del concepto de dar a Jesús un presente con motivo de Su cumpleaños. Lo que más le complace son las muestras de amor y ternura que cada uno le ofrecemos a nuestra manera. Sé que le encanta vernos felices cuando damos y recibimos cosas hermosas, pero nada se compara con encontrar la forma de llegar a los que tienen mucho menos y sacarles una sonrisa cuando menos lo esperan. En Juan 13:35 dice: «De este modo todos sabrán que son Mis discípulos, si se aman los unos a los otros»3.
¿Por qué regalos te recordarán durante esta Navidad?
1 1 Corintios 12:7-11
2 For the Man Who Hated Christmas, Nancy W. Gavin, 1982
3 Nueva Versión Internacional
Texto: Nina Kole, adaptación. Publicado por primera vez en Solo1cosa. Ilustración: Esther Martin. Diseño: Stefan Merour.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2017