La oración libera el poder del Espíritu de Dios. Mediante tus oraciones ocurren cosas en el espíritu.
Tus oraciones son como llaves que abren los almacenes del cielo. A medida que oras, se abren esas puertas y se derraman el poder celestial o las bendiciones que necesitas, o lo que Dios considere que es mejor darte.
Puede resultar difícil comprender exactamente cómo funciona la oración. En ocasiones, quizás pienses que las oraciones son solo palabras, pues a menudo no ves todo el efecto de tus oraciones. En Marcos 11:24 dice: «Todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis y os vendrá»1. Creer requiere fe. Pero esa fe es la que hace realidad tus oraciones y que lo imposible sea posible.
Dios tiene en Sus manos el poder más inmenso que existe, y gracias a algo tan sencillo como la oración, tenemos acceso a ese poder. El poder de Dios puede cambiarlo todo, dar vida y crear algo de la nada. Puedes disponer de dicho poder con un poco de esfuerzo de tu parte. La oración es ese esfuerzo. Es el paso que tomas que hace que el poder de Dios obre en tu vida y en la de las personas por quienes oras.
Aunque Dios puede obrar un milagro en un instante, con frecuencia Él obra dentro de la limitación del mundo físico, de modo que no solo recibes la respuesta a tu oración, sino que todo debe encajar en su sitio para que llegue una respuesta aún mayor. Y mediante ese proceso, tanto tú como las personas por quienes rezas, se fortalecen.
Considera la oración como un grifo que libera el caudal de respuestas que necesitas. En ocasiones, quizás tengas que orar por la misma cosa una y otra vez, pero el poder de Dios no está «roto» ni ha dejado de funcionar; sino porque hay una pieza que debe encajar primero en su lugar para que Dios obre los mejores resultados. Por eso, aunque la respuesta tarde un poco más, tus oraciones funcionan, y la respuesta está en proceso, y llegará a término, y en la forma que Dios sabe que mejor te conviene.
1 Versión RV
Texto: Nia Russell. Ilustración: Anthony Mirzany. Diseño: Stefan Merour.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2017