Leer la Palabra de Dios y quedarse sin hacer nada es tan eficaz como querer viajar a otro país sin comprar un boleto ni subirse al avión.
Aunque dispongas de toda la información sobre cómo comprar el boleto y tengas el dinero, si no pagas el pasaje, vas al aeropuerto y subes al avión nunca llegarás a tu destino.
Ser un hacedor de la Palabra es un proceso en dos fases:
Siempre tendrás aspectos en los que mejorar. Pero si haces todo lo que puedas por vivir según la Palabra de Dios…
Cuando leas la Palabra de Dios, tienes que preguntarte: «¿Cómo puedo aplicar esto a mi vida?»
Lee también «¿Cuán importantes son las decisiones de cada día?» para comprender mejor la importancia de obedecer la Palabra de Dios.
Texto: Christi S. Lynch. Adaptación de los escritos de María Fontaine. Ilustración: David Comic. Diseño: Roy Evans.Publicado en Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2022