¿Sabías qué? Las hermanas María y Marta eran amigas cercanas de Jesús. Cuando Él fue de visita, Marta lo invitó a comer. Luego estuvo muy atareada con todos los preparativos del espléndido festín. Pronto notó que alguien no estaba ayudando. «Señor», le dijo ella a Jesús, «¿no te importa que yo tenga tanto trabajo? ¿Por qué no le dices a María que me ayude?» Ya conoces el resto de la historia, ¿no es así? (Si no, lee Lucas 10:40–42.)
Hecho sorprendente: Su hermano, Lázaro, murió. Luego Jesús lo resucitó. ¡Sí! Así es. No fue gran cosa para el Hijo de Dios.
Rasgo fenomenal: Cuando Lázaro murió, Marta le dijo a Jesús: «Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto; pero aun ahora, yo sé que Dios te dará todo lo que pidas».1
Tú también puedes: ¿Estás lidiando con un gran problema? Recuerda, Dios puede hacer cualquier cosa. ¿Por qué no hablar con Él?
Nota a pie de página:
1 Juan 11:21–27, NTV
Texto: R. A. Watterson. Ilustración: Y.M. Diseño: Roy Evans.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2022