Significado del nombre: «Bien amado»
¿Sabías qué? El padre terrenal de Jesús, José, era descendiente directo del rey David, con lo cual se cumplía la profecía mesiánica que dice: «El trono se fundará en la lealtad, y un descendiente de David reinará sobre él con fidelidad: será un juez celoso del derecho y ansioso de hacer justicia» (Isaías 16:5; NVI).
Datos asombrosos: Tan solo el segundo rey que reinaba en un Israel unido, aunque ungido en su juventud, tuvo que esperar varios años desde el momento en que fue ungido por el profeta Samuel para ser rey, hasta el día en que fue proclamado rey de Judá luego de la muerte del rey Saúl. Durante la espera, David tuvo que pasar por muchas penurias, una de las cuales era tener que enfrentarse con el padre de su mejor amigo —el rey—, quien estaba continuamente tratando de matarlo. En ese momento, seguramente no sabía que Dios lo estaba preparando para las grandes cosas que vendrían.
Rasgo fenomenal: Todos sabemos las grandes cosas que David hizo en su juventud: desde matar leones y osos para proteger los rebaños de su padre, hasta derribar a un gigante para salvar Israel. Pero este joven guerrero no era perfecto, y cuando ya era adulto y rey hizo algo muy malo puesto que mandó matar a un hombre para quedarse con la esposa de éste. Dios envió al profeta Natán para entregar un mensaje de castigo a David. (Leer la historia en 2 Samuel 11, 12:1-15.) David se arrepintió, y en ese mismo momento Dios lo perdonó, si bien seguía siendo castigado por sus pecados. David comenzó a escribir muchos salmos sobre la misericordia de Dios, los cuales son una fuente de ánimo para muchos hoy en día.
Tú también puedes: El perdón y la renovación pueden ser tuyos cada día gracias al sacrificio final que Jesús pagó.
Texto: R. A. Watterson. Ilustración: Mike Krome. Diseño: Roy Evans.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2022