No sabemos la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Algunos eruditos dicen que fue en la primavera, otros dicen que fue en el otoño, pero nadie sabe a ciencia cierta qué día nació.
La gente realmente solo comenzó a celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre alrededor del 350 d.C. Luego, pasaron cientos de años antes de que los cristianos aceptaran por completo la Navidad como una celebración del nacimiento de Jesús.
A medida que las personas del Imperio Romano se fueron convirtiendo, muchas de sus tradiciones se incorporaron a las festividades navideñas.
Cuando leí un poco sobre la historia de la Navidad y de dónde obtenemos nuestras diversas tradiciones navideñas, me quedé con una sensación muy diferente. Para mí, muestra una de las verdades más fundamentales sobre Jesús: Él se acerca a ti donde sea que estés.
Jesús entiende la gran variedad de culturas y orígenes, y en lugar de exigirle a la gente que abandone todo lo que sabe y disfruta, se incorpora a su mundo. Jesús simplemente quiere ser parte de tu vida, y hará lo que sea necesario para que lo conozcas.
Jesús te encuentra donde estés. Él no crea una gran curva de aprendizaje para que lleguemos hasta donde está. Él no exige que cambiemos para aceptarnos. No espera hasta que alcancemos cierto grado de perfección antes de recibirnos. Lo único que hay que hacer es aceptar Su amor, y Él hace el resto. Él suple para nuestras necesidades y luego nos hace fácil amarlo y comprenderlo.
Al leer sobre la vida de Jesús, fue interesante descubrir cómo se adaptaba para satisfacer las necesidades de cada persona con la que tuvo contacto. Cuando estaba con Nicodemo —un miembro intelectual y de alto rango del clero del templo—, Jesús le habló de maneras que despertaron su interés y desafiaron su intelecto1. Cuando Jesús estaba con los niños, los tomó en Sus brazos y habló con ellos2. Cuando se encontró con los publicanos y los pecadores, entró en sus hogares y comió, bebió y se rió con ellos3. Un par de veces, después de enseñar a grandes multitudes, supo que lo que más los preocupaba era que tenían hambre, así que los alimentó4.
Ya fuera con una multitud o con una sola persona, Jesús hizo lo que fuera necesario para conmover a cada persona y demostrarles que los amaba.
Así fue como vivió y murió Jesús, y esa fue la razón por la que vino a la tierra. Se hizo como nosotros. Adoptó un cuerpo humano; se ocupó de lo cotidiano, el hambre y la fatiga. Seguramente hubo ocasiones en que se sintió desanimado. Pero Él vivió nuestra experiencia humana para poder sentir lo que sentimos y entender las cosas que son importantes para nosotros.
Él puede hacer que las cosas que conoces y amas, las que son importantes para ti, como tus tradiciones navideñas, cobren un significado aún mayor.
Así pues, mientras disfrutes de tus celebraciones navideñas, abras regalos, cantes villancicos y disfrutes de comidas deliciosas, permite que esas cosas te recuerden el profundo amor que Jesús siente por ti. Permite que cada una de esas tradiciones que tanto te gustan te recuerden el gran regalo que Jesús nos dio a cada uno al venir a la tierra, vivir y morir por nosotros.
1 Juan 3:1–21
2 Marcos 10:13–16
3 Mateo 9:10
4 Mateo 14:13-21; Marcos 6:30–44; Lucas 9:10–17; Juan 6:1–15
Texto: Marie Story, adaptado. Publicado por primera vez en Solo1cosa. Ilustración: Alvi. Diseño: Stefan Merour.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2016