La próxima vez que te sirvas un buen vaso de agua fría, o alguna otra bebida refrescante que te gusta, mientras lo bebas, alaba a Jesús por las maravillosas palabras suaves y refrescantes que te habla al corazón. Bébelo lentamente e imagina que Su Espíritu entra en ti cuando bebes el líquido. Reflexiona y medita sabiendo que Él es el agua de vida. Piensa cuánto lo necesitas, y lo refrescante que es convivir con Él. Después para un momento y escucha, y dale tiempo para que te hable.
Contribución: R. A. Watterson, basado en escritos de María Fontaine. Ilustración: Mawiee. Diseño: Roy Evans.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia International, 2021.