Con poco más de medio metro de altura, dos pares de brazos y ruedas en lugar de pies, el Operador 479 trabajaba en Glastar, la estación espacial a la que llamaba su hogar. Era un glastabot, uno más del numeroso grupo de robots responsables del sistema de soporte vital de la estación espacial.
Cada glastabot era responsable de una tarea específica, y colectivamente tenían que asegurarse de que el sistema de soporte vital de la estación espacial funcionara apropiadamente. Los glastabots recibían sus instrucciones desde la computadora central, que retrasmitía información a una diminuta pantalla instalada en el tercer brazo de los robots.
El Operador 479 estaba muy complacido con su tarea de programar y monitorear el generador que purificaba y reciclaba el aire. Llevaba mucho tiempo haciéndolo y era muy eficiente.
—Operador 479 —anunció un día su pantalla— se precisa tu ayuda en el sistema de ventilación del sector cinco, subsección nueve. Parece que hay un problema en el ventilador. Tu tarea es identificar y corregir el problema.
—¿Un problema en el ventilador? —Preguntó a la computadora central—. ¿No es el Operador 468 el encargado de resolver los problemas del ventilador?
—El Operador 468 está averiado y es incapaz de realizar su tarea —leyó en la pantalla.
—¿Por qué me envían a mí a llevar a cabo su tarea? —murmuró el Operador 479 mientras arrastraba sus ruedas por el conducto de ventilación camino al sector cinco—.Tengo un trabajo importantísimo haciendo funcionar el generador. Yo no debería encargarme de los problemas del ventilador.
Al llegar a la subsección nueve, 479 echó un vistazo.
—No veo ningún problema —dijo, así que se dio la vuelta y regresó a su puesto.
Después de reportar que el ventilador estaba en perfecto estado, regresó a su labor de monitorear el generador.
—Ah, esto es mucho mejor —chirrió.
Al día siguiente, los sistemas de monitoreo que regulan el aire registraron graves problemas en el sector cinco, en la subsección nueve. Los contratiempos también se estaban propagando a la subsección diez. Llegaban informes de que un vapor extraño y nauseabundo llenaba el aire.
Parpadearon luces. Sonaron sirenas. Todos los glastabots estaban en alerta. Se enviaron equipos especiales de glastabots a las zonas afectadas para descubrir y eliminar el problema.
Fue complicado y requirió mucho tiempo, pero los equipos de glastabots se esforzaron con denuedo hasta descubrir el problema. Un trozo de comida había caído a través de un ventilador y se había podrido, provocando un olor repugnante que impregnó más y más el aire hasta que fue descubierto.
Mientras tanto, el Operador 479 estaba muy arrepentido. Había llevado a cabo de mala gana la tarea de otro glastabot, haciendo un trabajo pésimo, y recaía sobre él gran parte de la responsabilidad por los contratiempos ocasionados. En ese momento, el Operador 479 decidió que se convertiría en un robot mucho más útil y dispuesto a partir de entonces.
Y lo hizo. El operador 479 se volvió famoso en Glastar por ser uno de los robots más útiles a bordo de la estación espacial. Y no sólo llevó a cabo bien sus tareas, sino que también sustituyó de buena gana a otros robots cuando se averiaban o necesitaban una ayuda extra.
Con el tiempo, el Operador 479 recibió el galardón «Al robot más útil», y hasta el día de hoy todavía se le ve rodando tranquilamente por los salones de la estación espacial Glastar, llevando a cabo de manera tranquila y jovial cualquier tarea que le asignen, así como supliendo cualquier necesidad que surja.
Aarón rodó su robot de Lego a través de la estación espacial. Tenía una nueva tarea para el Operador 479 cuando su papá asomó la cabeza por la puerta.
—Aarón, necesitamos que colabores lavando los platos esta noche.
—Papá, esta noche no me tocan los platos. Es el turno de Melisa.
—Lo sé. Pero no se siente bien y necesita acostarse temprano. Te agradeceríamos mucho si puedes hacerlo por ella. Así podremos terminar más rápido y tendremos tiempo para leer un cuento antes de ir a dormir.
Aarón echó un vistazo al robot de Lego que sostenía en la mano.
Voy a ser tan útil como el Operador 479 —pensó sonriendo mientras se dirigía a la cocina.
Edición: Nia Russell. Ilustración: Evangeline. Diseño: Roy Evans.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2018.