La señora MacKintrick era una señora mayor que vivía en las hermosas afueras de Escocia. Debido a que la señora MacKintrick era demasiado pobre como para pagar la renta, la congregación de la iglesia a la cual ella asistía, amablemente accedió a pagársela.
Una vez por mes, el piadoso pastor Bruce le entregaba el dinero para el alquiler. Durante una de esas visitas, en el curso de la conversación él le preguntó:
—Señora MacKintrick, los miembros de la congregación querían que le preguntara una cosa. No podemos comprender por qué su hijo no la ayuda económicamente. Nos enteramos de que él tiene un trabajo muy bueno en Australia.
—William es un buen hijo —dijo la señora MacKintrick—. Él se acuerda de escribirme todas las semanas. ¿Le gustaría leer alguna de sus cartas?
Curioso por saber un poco más sobre un hijo que amaba tanto a su madre pero que no la ayudaba con dinero, el pastor accedió a la idea de leer algunas de las cartas de William.
La señora MacKintrick trajo dos paquetes y le entregó uno al pastor Bruce.
Mientras el pastor desataba el hilo, la señora MacKintrick dijo:
—Con cada carta, William siempre me envía un pequeño dibujo.
Ahora el pastor sentía más curiosidad todavía.
—¿Un dibujo en cada carta? ¿Podría ver los dibujos también?
—¡Por supuesto! —Respondió la señora MacKintrick, y procedió a darle el otro paquete—. Algunos son del busto de un hombre, otros de un hombre sentado en un caballo, y algunos tienen la foto del rey. ¡Viva el rey!
Atónito, el pastor Bruce dijo:
—¡Que viva su hijo, señora MacKintrick! ¡Pero si es usted una mujer rica! Estos dibujitos son dinero. ¡Y pensar que usted sufrió durante tanto tiempo sin lo suficiente para vivir, cuando en todo momento, aquí mismo en su casa, usted tenía todo esto que le iba enviando su hijo, pero que usted pensaba que eran tan solo lindos dibujitos!
Muchas personas ven las promesas de la Biblia de la misma manera, solo como lindas palabras o «lindos dibujitos». Sin embargo, las promesas de la Palabra de Dios sirven para alentar nuestra fe en que Dios nos cuidará y que Él desea que pidamos Su ayuda en momentos de necesidad.
La Biblia dice: «Nos ha dado preciosas y grandísimas promesas» (2 Pedro 1:4).
Adaptado por el equipo de MWS, basado en escritos publicados por LFI. Ilustración: Zeb. Diseño: Roy Evans.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2021