Cuando Jesús tenía unos 30 años, Dios envió a Juan el Bautista (el primo de Jesús) a predicar y a exhortar al pueblo de Judá a arrepentirse de sus pecados y bautizarse a modo de preparación para la venida de Su Hijo.
Juan vivía en el desierto y vestía con pieles de pelo de camello. Predicaba a orillas del río Jordán.
La gente anhelaba el perdón de Dios, así que Juan los bautizaba en el río. Ello era un símbolo de limpieza espiritual.
Cierto día, Jesús vino a Juan para que lo bautizara. Al emerger Jesús del agua, la voz de Dios que provenía del cielo exclamó: «Este es Mi hijo a Quien amo», y el Espíritu Santo descendió de lo alto en forma de paloma y se posó sobre Jesús.
Puedes leer toda la historia en Lucas 3:1-22, Juan 1:19-34, Marcos 1:1-11 o Mateo 3:1-17.
Escrito e ilustrado por Didier Martin. Traducción: Luis Azcuénaga y Antonia López.Publicado en Rincón de las maravillas. © Didier Martin, 2011. Utilizado con permiso.