(Mateo 27:54 RV)
Después de orar en Getsemaní, Jesús fue arrestado y llevado ante Caifás, el sumo sacerdote, y ante el concilio de los sacerdotes y los ancianos.
Los que formaban el concilio no creyeron que Jesús era el Hijo de Dios. Lo acusaron injustamente por decir que era el Hijo de Dios, y lo condenaron a muerte.
Bajo la ley romana, el concilio judío no tenía autoridad para condenar a muerte a nadie. Por eso, llevaron a Jesús a los romanos para que lo juzgaran y ejecutaran. Entonces, los soldados llevaron a Jesús a una colina llamada Gólgota, donde fue crucificado.
Sin embargo, mucha gente creyó que Jesús era el Hijo de Dios. Incluso un soldado romano que vio a Jesús morir en la cruz, dijo: «Verdaderamente, éste era Hijo de Dios» (Mateo 27:54 RV).
Puedes leer el relato completo en Mateo 26:57-66, y Mateo 27:1-2, 27-54.
Guión e ilustraciones: Didier Martin.© Didier Martin, 2011. Utilizado con permiso.