Rincón de las maravillas
Sadrac, Mesac y Abed-nego
miércoles, enero 4, 2023

Un día, el rey Nabucodonosor levantó una gran estatua de oro. Al sonido de cierta música, todo el mundo debía inclinarse a adorar la estatua. Pero, como Sadrac, Mesac y Abed-nego amaban y adoraban a Dios, no podían amar y adorar la estatua.

El rey Nabucodonosor se enfadó mucho con ellos y decretó que debían morir. ¡Los tres valientes muchachos fueron atados y arrojados a un enorme horno de fuego ardiente! Cuando el rey miró el horno, los vio caminando dentro con un hombre resplandeciente que parecía el Hijo de Dios. Los llamó, y Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron como si nada. ¡No tenían ni una sola quemadura!

Nabucodonosor comprendió que Dios era capaz de socorrer a Sus hijos aún en medio de un tremendo fuego. Entonces, ordenó a todos que adoraran al Dios vivo de Sadrac, Mesac y Abed-nego, y no una rígida estatua de oro.

*

¿Te gustaría escuchar, de la Biblia, otro relato?
Nabucodonosor, rey de Babilonia, hizo una estatua de oro.
Mandó que ante la estatua se postraran todos,
pero tres valientes jóvenes se negaron, pues Dios dijo: ¡no!

Estribillo:
Tres amigos, a nada tenían miedo:
Sadrac, Mesac y Abed-nego.
“No adoramos al ídolo”, dijeron,
Sadrac, Mesac y Abed-nego.

Verso 1:
Nabucodonosor al fuego los echó.
“Estos hebreos morirán”, pensó.
Mas Dios los protegió hasta en el fuego,
a Sadrac, Mesac y Abed-nego.

[Se repite el estribillo]

Verso 2:
En el horno hacía un calor atroz,
pero rezaron y Dios los salvó.
Ni siquiera los tocó el fuego,
a Sadrac, Mesac y Abed-nego.

…Ni siquiera los tocó el fuego,
a Sadrac, Mesac y Abed-nego.

Del álbum Grandes Aventuras 2. Letra: Hugh Mitchell y Cathy Gehr. Música: Hugh Mitchell. Intérpretes: Cathy Gehr y Peter Gehr. Producción: Peter Gehr.
© Aurora Production AG, 1996. Utilizado con permiso.
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Etiquetas: audio, grandes aventuras, milagros, valor, vidas admirables, relatos de la biblia para niños