¡Ey, Samuel! ¡Ey, Samuel! Estoy llamándote a ti, Samuel.
¡Ey, Samuel! ¡Ey, Samuel! Estoy llamándote a ti, Samuel.
Heme aquí, heme aquí; ¿qué es lo que quieres, padre Elí?
Heme aquí, heme aquí; ¿qué es lo que quieres, padre Elí?
No te llamé, no te llamé; vuelve a tu cama y échate.
No te llamé, no te llamé; vuelve a tu cama y échate.
A su cama regresó; Samuel fue a su cama y se acostó.
Regresó, regresó; Samuel a su cama y se acostó.
¡Ey, Samuel! ¡Ey, Samuel! Estoy llamándote a ti, Samuel.
¡Ey, Samuel! ¡Ey, Samuel! Estoy llamándote a ti, Samuel.
Heme aquí, heme aquí. ¿Qué es lo que quieres, padre Elí?
Heme aquí, heme aquí. ¿Qué es lo que quieres, padre Elí?
Vé, Samuel, acuéstate y si el Señor está llamándote,
di: «Señor, háblame, que Tu siervo está escuchándote».
A su cama regresó; Samuel fue a su cama y se acostó.
Regresó, regresó; Samuel a su cama y se acostó.
¡Ey, Samuel! ¡Ey, Samuel! Yo estoy llamándote a ti, Samuel.
¡Ey, Samuel! ¡Ey, Samuel! Yo estoy llamándote a ti, Samuel.
Háblame, háblame, que Tu siervo está escuchándote.
Háblame, háblame, que Tu siervo está escuchándote.
Cuando Dios te quiera hablar, ahora ya sabes qué has de contestar.
Le dirás: «Háblame, porque Tu siervo está escuchándote».
Háblame, háblame, que Tu siervo está escuchándote.
Tomado del álbum Grandes Aventuras 1.© Aurora Production AG, 1996. Utilizado con permiso.