La noche anterior a Su crucifixión, Jesús y algunos de Sus discípulos fueron a un jardín en el Monte de los Olivos, conocido como el jardín de Getsemaní.

Jesús sabía que iba a ser traicionado, arrestado y, por último, sentenciado a muerte. Por eso, mientras estaba en el jardín, les pidió a Sus discípulos que velaran con Él mientras oraba a Su Padre en el cielo.

Le pidió a Su Padre que apartara de Él la copa de sufrimiento, pero terminó la oración aceptando la voluntad de Su Padre. «Padre Mío», oraba Jesús, «si es posible, pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú» (Mateo 26:39).

¡Fue asombroso lo dispuesto que estuvo Jesús a morir en la cruz en nuestro lugar, para pagar el precio por nuestros pecados!

«Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos» (Juan 15:13 RV).

Pueden leer el relato completo en Mateo 26:36–45 y Marcos 14:32–36.