A Samuel, desde que era niño, le enseñaron a escuchar la voz de Dios. La primera vez que escuchó la voz de Dios, estaba acostado en la cama y oyó que alguien lo llamaba. Pensó que era Elí, el sacerdote que lo estaba formando en su servicio en el templo de Dios. Pero Elí le dijo que él no lo había llamado. Cuando Samuel escuchó de nuevo la voz y corrió a ver si Elí lo había llamado, Elí le dijo a Samuel que era Dios quien le estaba llamando porque tenía que decirle algo importante1. Elí le dijo a Samuel que se detuviera a escuchar lo que Dios tenía que decir. Dios le habló a Samuel muchas veces durante su vida.
Tú también puedes escuchar la voz de Dios. Cuando lees la Biblia, es un buen momento para hacer como el pequeño Samuel y pedirle a Dios que te hable. Probablemente no escucharás la voz de Dios con tus oídos tal como hizo Samuel, pero Dios te hablará al corazón guiándote para que comprendas y apliques lo que lees.
Jesús nos dijo que Él es nuestro buen pastor y va delante de nosotros, Sus ovejas, y nos guía para que vivamos nuestra vida de la mejor manera2. Al escuchar Su voz y la orientación que nos ofrece la Palabra de Dios, podemos seguir a Jesús tal como nos guía.
Cuando estés leyendo la Palabra de Dios, escucha a Jesús que te habla sobre cómo aplicar lo que lees a tu vida. La Biblia nos dice que Jesús es la luz que nos muestra cómo vivir3, y una manera importante en que Él alumbra nuestra vida es hablándonos conforme leemos y estudiamos la Biblia.
Este es un ejemplo de cómo orar: Jesús, te ruego que me hables con este relato de la Biblia que voy a leer y dime si hay algo de esto que puedo aplicar a mi vida. ¡Gracias por ser un Pastor tan amoroso y guiarme!
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2 Juan 10:4 o «Sigue a Jesús hoy»
3 Juan 1:4
Texto: Evan Kallen. Ilustración: Didier Martin. Color: Didier Martin y Roy Evans. Diseño: Roy Evans.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2022