Pasados muchos, muchos años, cuando el pueblo de Israel ya había ocupado la Tierra Prometida, un ejército de miles de ladrones y de hombres crueles, llamados madianitas, vino a llevarse todo lo que tenían los hebreos, por eso la gente andaba muy temerosa y se escondía. Muchos tuvieron que vivir en cuevas y esconder su comida y sus cosechas bajo la tierra. Todos rezaron para que Dios los ayudara. Dios escuchó sus oraciones y envió un ángel a un joven llamado Gedeón que se encontraba labrando su campo. El ángel fue y se sentó cerca de él a la sombra de un roble.
—Dios quiere ayudarte a espantar a esos ladrones —dijo el ángel a Gedeón.
—¿A mí? ¿Cómo puede ser? —Preguntó Gedeón—. Si somos muy pobres y yo soy el más débil de mi familia.
—Eso no tiene nada que ver —dijo el ángel—. Tienes al Señor. Con eso te basta y te sobra para derrotar a este ejército de miles y miles de enemigos.
Al poco tiempo, gran cantidad de hombres fueron a ayudar a Gedeón a pelear contra los ladrones. Pero el Señor dijo:
—No necesitas tantos hombres. Quédate con unos pocos que yo te ayudaré.
Y así fue:
Muchísimos soldados los hombres de Madián,
Gedeón tenía un puñado, pero Dios le dio un plan.
Estribillo:
Gedeón tenía al Señor, él tenía al Señor.
Venció a los madianitas pues tenía al Señor.
Gedeón tenía al Señor, él tenía al Señor.
Venció a los madianitas pues tenía al Señor.
Si quieres tú también puedes vencer como Gedeón,
confía en Dios y cómo él tendrás buen galardón.
Estribillo:
Gedeón tenía al Señor, él tenía al Señor.
Venció a los madianitas pues tenía al Señor.
Gedeón tenía al Señor, él tenía al Señor.
Venció a los madianitas pues tenía al Señor.
Gedeón tenía al Señor, él tenía al Señor.
Venció a los madianitas pues tenía al Señor.
Venció a los madianitas pues Gedeón tenía al Señor.
Tomado del álbum Grandes Aventuras 1. Música y letra: Cathy Gehr.© Aurora Production AG, 1996. Utilizado con permiso.