Uno de los reyes: ¡Hemos encontrado al rey!

Uno de los reyes: Le traemos regalos de oro, incienso y mirra.

Uno de los reyes: Hemos venido de muy lejos, de una lejana tierra de Oriente. Somos eruditos y astrónomos.

Mientras los reyes magos estudiaban los cielos, vieron el nacimiento de una estrella.

Lo reconocieron como una señal de Dios de que había nacido un gran rey.

Uno de los reyes: ¡Vayamos a Jerusalén y encontremos a ese rey!

Luego de viajar por un mes, llegaron a Jerusalén y preguntaron dónde había nacido el nuevo rey.

Uno de los reyes: Hemos venido a adorar al nuevo rey que ha nacido para ser el rey de los judíos. ¿Dónde podemos encontrarlo?

Hombre: ¡Aquí no ha nacido ningún rey!

Cuando Jesús nació en Belén, Judea era gobernada por el rey Herodes el Grande.

Cuando el rey Herodes se enteró de la visita de los reyes magos, llamó a sus consejeros.

Rey Herodes: ¿De qué rey están hablando?

Rey Herodes: ¿Sus sagradas Escrituras hablan de que un bebé se convertirá en el rey de los judíos?

Consejero: «Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a Mi pueblo Israel»¹.

Rey Herodes: ¡Llamen a los reyes magos de inmediato!

Herodes: Busquen a ese niño en Belén. Cuando lo encuentren, díganme dónde está para que yo también vaya a adorarlo.

Herodes (burbuja de pensamiento): Cuando encuentre a ese niño, ¡lo mataré! ¡Yo seré el único rey de los judíos!

Siguiendo las instrucciones de Herodes, los reyes magos partieron con rumbo a Belén, lugar a donde los dirigió la estrella.

Uno de los reyes: ¡Miren! Allí está Belén.

Uno de los reyes: ¡La estrella se ha detenido sobre esa casa! Nuestra travesía ha concluido.

Uno de los reyes: Dios nos ha guiado hasta el niño rey.

Uno de los reyes: Debemos retirarnos a nuestro campamento. Partiremos temprano en la mañana para contarle al rey Herodes las buenas nuevas.

Pero la mañana siguiente, mientras se preparaban para partir…

Uno de los reyes: Tuve un sueño en el que Dios nos advertía que no volviéramos a Jerusalén. ¡Herodes tiene envidia y quiere matar al niño!

Uno de los reyes: Volveremos a casa siguiendo otro camino.

Cuando el rey Herodes se enteró de que los reyes magos habían vuelto a su país en secreto, ¡se puso furioso y ordenó que mataran a todos los bebés varones de Belén!

Fue algo parecido a lo que otro rey, mucho tiempo antes, le hizo a los hebreos que eran esclavos en Egipto².

Rey Herodes (burbuja de pensamiento): ¡Nadie tomará mi lugar como rey de los judíos!

Pero un ángel se le apareció a José.

Ángel: Levántate y huye con el niño y su madre a Egipto. Quédense allí hasta que les diga que es hora de volver.

José: ¡María, tenemos que irnos enseguida! Un ángel me ha advertido en sueños.

María: ¿Ahora? ¿En mitad de la noche?

María: ¿Qué pasará con nuestra casa y nuestras cosas?

José: El ángel me dijo que Herodes quiere matar a Jesús.

María: ¿A dónde iremos?

José: A Egipto.

¹ Mateo 2:6.

² Véase Éxodo 1:8-22.