Marisa: ¿O con las manualidades, los relatos o los villancicos?

Roberto: ¿Tiene algo que ver con los postres y comida deliciosa?

Madre: Bueno, esas son formas de celebrar la Navidad. Les daré una pista: En Navidad festejamos a alguien extraordinario...

Madre: ...En estas fechas festejamos Su cumpleaños. ¿Adivinan de quién se trata?

Roberto y Marisa: ¡JESÚS!

Madre: ¡Correcto! ¡En Navidad festejamos a Jesús, el hijo de Dios!

Roberto: ¿Por qué celebramos el cumpleaños de Jesús con árboles de Navidad, adornos y luces?

Marisa: ¿Y por qué nos damos regalos unos a otros?

Madre: Lo que hacemos para celebrar la Navidad son formas de recordar a Jesús y manifestar nuestra felicidad por la vida de Jesús en la tierra.

Madre: Cuando vemos las bellas luces navideñas, podemos recordar que Jesús es la luz del mundo. Jesús trae luz y amor a nuestra vida y a nuestro corazón.

Madre: Cuando damos regalos a otros, o dedicamos tiempo a alguien para alegrarlo, podemos celebrar el estupendo regalo que Jesús nos trajo: la salvación y el perdón de nuestros pecados.

Marisa: ¡Ah! Y cuando cantamos villancicos juntos, cantamos de felicidad porque recordamos el nacimiento de Jesús.

Madre: ¡Exacto!

Dime Niño de quién eres
todo vestidito de blanco.
«Soy de la Virgen María
y del Espíritu Santo».

Resuenen con alegría
los cánticos de mi tierra
y viva el Niño de Dios
que ha nacido en Nochebuena¹.

Roberto: ¿Y los adornos y el árbol de Navidad? ¿Por qué son parte de Navidad?

Madre: Además de ser una manera estupenda de poner un ambiente navideño en nuestros hogares, muchos adornos y decoraciones también nos recuerdan a Jesús y el milagro que sucedió en la primera Navidad.

Marisa: La estrella en la copa del árbol de Navidad nos puede recordar a la estrella que guió a los reyes magos al lugar donde se encontraba Jesús.

Madre: Es verdad.

Madre: Antiguamente, las campanas de la iglesia o de la ciudad repicaban para celebrar un gran acontecimiento. El nacimiento de Jesús fue un acontecimiento maravilloso, y las campanillas nos recuerdan que podemos hablar a otros de Jesús; Él es el regalo de amor que Dios nos ha dado.

Roberto: La forma de los bastoncitos de dulce me hace pensar en el cayado de un pastor.

Madre: Sí, y podemos recordar que Dios es como un bondadoso pastor que cuida de nosotros, que somos Sus ovejitas.

Marisa: Jesús puede utilizar el cayado de pastor para rescatar a un cordero que quede atrapado.

Madre: Así es.

Roberto: Estos ángeles me recuerdan a los ángeles que Dios envió para que dieran a los pastores la buena noticia del nacimiento de Jesús.

Madre: Sí. Dios también envió ángeles que fueran a contar a María y a José que les enviaría un regalo...

Marisa: ...¡El niño Jesús!

Marisa: Mamá, ¿y la corona?

Madre: La corona tiene forma de círculo. El círculo no tiene principio ni fin. Eso nos hace ver que el amor que Dios nos tiene es eterno, que no tiene fin.

Roberto: ¡Eso significa que nos amará siempre!

Madre: ¡Sin lugar a dudas!

Marisa: Papá, ¡mira!

Padre: ¡Precioso!

Madre: En la Navidad festejamos a Jesús acompañados de familiares y amigos. En esa fecha del año recordamos el gran amor que tiene Jesús por nosotros. Entonces, por nuestra parte, también manifestamos a los demás la bondad y el amor de Dios.

Marisa: ¡Me encanta la Navidad!

Roberto: A mí también.

¿Qué hace que la Navidad sea lo que es?
¿Los presentes y juguetes relucientes?
¿Los regalos para niños y niñas
que los reciben alegremente?

¿El muérdago, luces coloridas
y un árbol de Navidad brillante?
No, el motivo de la Navidad es otro.
Es algo más impresionante.

Jesús nació este día alegre,
en eso consiste la Navidad.
Jesús nació este día alegre,
¡y en eso consiste la Navidad!

Anónimo

¹ Villancico tradicional.