Margarita (pensando): ¡Me encantan los caballos!
Margarita: Tengo muchas ganas de tener mi propio caballo, uno como Gitana. Le preguntaré a mamá.
Margarita: ¡Mamá! ¡Mamá! ¿Puedo tener un caballo?
Mamá: Te veo muy ilusionada.
Margarita: ¡LO ESTOY! ¡Quiero mucho, mucho, tener un caballo!
Mamá: Es una responsabilidad muy grande.
Margarita: Lo sé, pero recuerdo todo lo que me dijo el tío Jack sobre cómo cuidar un caballo.
Tío Jack: Esta yegua se llama Gitana.
Tío Jack: Es importante cepillar al caballo después de montarlo.
Margarita: Yo soy muy buena cuidando caballos. ¡Le gusto a Gitana!
Mamá: ¿Recuerdas lo que dijo el tío Jack sobre cuidar un caballo?
Margarita: Oh, sí, él me mostró el establo de Gitana.
Tío Jack: Un caballo necesita un buen establo donde descansar y estar bien atendido.
Tío Jack: Y necesita espacio para correr. A Gitana le encanta correr en su potrero. Eso la mantiene saludable y en buena forma.
Margarita: Pero yo podría montar mi caballo para ayudarla a hacer ejercicio.
Margarita: Y estoy segura de que podríamos encontrar un lugar para él.
Margarita: ¡Mami, por favor! ¡Sería muy divertido!
Mamá: Margarita, vivimos en un apartamento en la ciudad. Sería muy difícil tener aquí un caballo.
Margarita: ¡Oh, es verdad! Un caballo como Gitana no cabe en mi dormitorio.
Margarita: ¡Pero me encantan los caballos! ¿Qué puedo hacer?
Margarita: Mamá, ¿podría aprender a montar a caballo?
Mamá: El tío Jack se ha ofrecido a darte clases de equitación. Comienzas la próxima semana.
Margarita: Aunque ahora mismo no tengo mi propio caballo, estoy contenta de aprender a montar.
Margarita: Mejor me preparo para mi clase de equitación.
Margarita: Quizás algún día tendré mi propio rancho y muchos caballos.
Margarita: Pero por ahora, estoy muy contenta de aprender a montar y pasar tiempo con los caballos. ¡Gracias, mamá!
Tío Jack: ¡Hola, Margarita! ¿Estás lista para tu primera clase de equitación?
Margarita: ¡Yey! ¡Qué divertido! Gracias, tío Jack. ¡Me encanta montar a caballo!
La Biblia nos enseña a estar contentos con lo que tengamos1. Eso significa que aunque no tengamos algo que queremos, aun así podemos estar felices y contentos.
En lugar de sentir que es injusto no tener exactamente lo que quieres, busca alguna manera de disfrutarlo aprendiendo sobre el tema. A veces, tendrás que esperar para recibir algo, o quizás nunca lo consigas, pero eso no significa que tengas que estar triste. Aprender a estar feliz y contento con lo que tienes, y también hallar formas de descubrir y disfrutar nuevos intereses u otros distintos, te brindará también muchas alegrías.
Nota a pie de página:
1 Ver Filipenses 4:11.
Texto: Devon T. Sommers. Ilustración: Leila Shae. Color y diseño: Roy Evans.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2021.