Dios hizo Su creación de tal manera que todo sigue cambiando. Por ejemplo, los ríos se hacen más o menos caudalosos dependiendo de la cantidad de nieve o lluvia que caiga.
Algunas aves migran. Es decir que vuelan a diferentes zonas cuando les toca construir nidos para poner sus huevos.
Y sin duda habrás notado cómo las nubes en el cielo cambian de un momento a otro. Las siempre cambiantes nubes forman parte de la belleza que Dios puso en el cielo.
La Biblia dice que fuiste creado a imagen y semejanza de Dios. Como Dios creó el cambio, hizo que cada persona sienta más felicidad cuando su vida incluye cambios1.
Los cambios le dan variedad a nuestra vida y nos ayudan a adaptarnos a situaciones nuevas que se pueden presentar.
Por ejemplo: Cuando eras un bebé chiquitín, tu madre te sostenía todo el tiempo cuando estabas en la bañera. Porque no te sabías sentar y te podías hundir bajo el agua si te soltaba.
Pero ahora que creciste, tu madre ya no te sostiene mientras te bañas. De hecho, ya te puede bañar solo.
El mundo a tu alrededor también cambia. Mientras creces, cambias y vives nuevas experiencias. Es bueno siempre estar abierto a los cambios, porque nunca se sabe, puede que descubras algo nuevo que te gusta. Imagínate que todo permaneciera exactamente igual todo el tiempo. La vida sería aburrida y tediosa, ¿no es cierto?
Aunque los cambios a veces pueden ser un poco difíciles, o te preguntas si te sentirás feliz con lo que suceda, siempre puedes confiar que Jesús estará a tu lado. Le encanta verte feliz y sabe exactamente lo que necesitas.
Los cambios son un aspecto maravilloso de la vida, y Jesús estará siempre a tu lado en medio de los cambios. Puedes invocar esta promesa:
«¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas»2.
Notas a pie de página:
1 Génesis 1:26 (NVI)
2 Josué 1:9 (NVI)
Texto: Nia Russell. Ilustración: Sandra Reign. Diseño: Roy Evans.Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2018.